Dice J. Antonio Marina que para educar a un niño hace falta la tribu entera. Y para nuestras jornadas también.
Desde el último trimestre del pasado curso en el Dpto. de Orientación nos planteamos el hacer unas jornadas interculturales en nuestro centro. Elegimos la última semana de noviembre y primeros días de diciembre por su cercanía con el Día Internacional del Migrante que se celebra el 18 de diciembre.
Bárbara pidió que, ya que el 3 de diciembre era el Día Internacional de las Personas con Discapacidad incluyeramos también este aspecto en nuestras jornadas. Nos pareció una buena idea porque unía varios campos de trabajo de nuestro departamento. Sonia le puso el nombre: Jornadas por la Diversidad Cultural y Funcional.
Y nos pusimos manos a la obra. Con más ganas que recursos vimos qué asociaciones podrían participar en ellas. La primera, la Asociación de Madres y Padres del alumnado. En una celebración de cumpleaños comentamos la idea con Alicia y Pili y empezamos a hacer planes. Enseguida la idea creció en nuestra imaginación y la dejamos volar.
De ahí, contactar con las distintas asociaciones para las charlas y talleres, hablar con el profesorado para pedir su colaboración, pedir la colaboración a Elena, Sagrario y Ricardo del PAS, seleccionar, diseñar y elaborar la cartelería, buscar los recursos que necesitábamos, cuadrar horarios, pedir objetos al alumnado para la exposición, rebuscar en nuestras casas lo que teníamos que pudiera ser expuesto, montar la expo, elaborar y colocar carteles y letreros de accesibilidad, diseñar y elaborar el material y las actividades para la ginkana... todo fue haciéndose con mayor o menor rapidez.
Al comenzar decidimos hacer el acto de clausura, que en principio era sólo unas palabras de varias personas del centro y autoridades locales, en el patio para todo el alumnado con escenario y megafonía y con actuaciones del alumnado, lo que le dio a Inma más de un sofocón.
Cuando llegó la semana de las jornadas empezó una auténtica maratón de talleres, visitas, avisos al profesorado, preparación de lo necesario, presentaciones, ensayos para la clausura y un sinfín de pequeños detalles que se fueron resolviendo con acierto y con más de un contratiempo.
Al final de la semana, exhaustas, nos sentimos satisfechas y ese mismo día ya estábamos pensando qué cosas podríamos mejorar para la siguiente edición.
En los días siguientes estuvimos pendientes de la gran repercusión que habían tenido las jornadas en los medios locales y, sobre todo, en nuestro alumnado.
Dice nuestro director que las cosas se empiezan para mejorarlas en los años siguiente y que lo vamos a tener difícil. Yo creo que no, a nosotras ya se nos han ocurrido un montón de cosas que mejorar y de ideas que plantear.
Esperamos para el próximo curso extender nuestro entusiasmo a todo el profesorado y alumnado de nuestro centro y contar, de nuevo, con la colaboración de toda la comunidad educativa.
Aquí os dejamos el making-of
Desde el último trimestre del pasado curso en el Dpto. de Orientación nos planteamos el hacer unas jornadas interculturales en nuestro centro. Elegimos la última semana de noviembre y primeros días de diciembre por su cercanía con el Día Internacional del Migrante que se celebra el 18 de diciembre.
Bárbara pidió que, ya que el 3 de diciembre era el Día Internacional de las Personas con Discapacidad incluyeramos también este aspecto en nuestras jornadas. Nos pareció una buena idea porque unía varios campos de trabajo de nuestro departamento. Sonia le puso el nombre: Jornadas por la Diversidad Cultural y Funcional.
Y nos pusimos manos a la obra. Con más ganas que recursos vimos qué asociaciones podrían participar en ellas. La primera, la Asociación de Madres y Padres del alumnado. En una celebración de cumpleaños comentamos la idea con Alicia y Pili y empezamos a hacer planes. Enseguida la idea creció en nuestra imaginación y la dejamos volar.
De ahí, contactar con las distintas asociaciones para las charlas y talleres, hablar con el profesorado para pedir su colaboración, pedir la colaboración a Elena, Sagrario y Ricardo del PAS, seleccionar, diseñar y elaborar la cartelería, buscar los recursos que necesitábamos, cuadrar horarios, pedir objetos al alumnado para la exposición, rebuscar en nuestras casas lo que teníamos que pudiera ser expuesto, montar la expo, elaborar y colocar carteles y letreros de accesibilidad, diseñar y elaborar el material y las actividades para la ginkana... todo fue haciéndose con mayor o menor rapidez.
Al comenzar decidimos hacer el acto de clausura, que en principio era sólo unas palabras de varias personas del centro y autoridades locales, en el patio para todo el alumnado con escenario y megafonía y con actuaciones del alumnado, lo que le dio a Inma más de un sofocón.
Cuando llegó la semana de las jornadas empezó una auténtica maratón de talleres, visitas, avisos al profesorado, preparación de lo necesario, presentaciones, ensayos para la clausura y un sinfín de pequeños detalles que se fueron resolviendo con acierto y con más de un contratiempo.
Al final de la semana, exhaustas, nos sentimos satisfechas y ese mismo día ya estábamos pensando qué cosas podríamos mejorar para la siguiente edición.
En los días siguientes estuvimos pendientes de la gran repercusión que habían tenido las jornadas en los medios locales y, sobre todo, en nuestro alumnado.
Dice nuestro director que las cosas se empiezan para mejorarlas en los años siguiente y que lo vamos a tener difícil. Yo creo que no, a nosotras ya se nos han ocurrido un montón de cosas que mejorar y de ideas que plantear.
Esperamos para el próximo curso extender nuestro entusiasmo a todo el profesorado y alumnado de nuestro centro y contar, de nuevo, con la colaboración de toda la comunidad educativa.
Aquí os dejamos el making-of
No hay comentarios:
Publicar un comentario